caminata al cocal

Recomendamos esta caminata por la playa, desde Aguas Dulces hasta los restos del naufragio del Cocal, el último gran carguero que encalló en las costas cercanas a nuestro balneario.

Es mejor iniciar esta caminata a primeras horas de la mañana, ya que así tendremos al menos la ida con sol no demasiado fuerte, o a media tarde para volver al anochecer. Debe considerarse que no hay agua en el camino, así que no es mala idea llevarse una botellita, aunque al final del recorrido encontraremos un parador mágico; el parador El Cocal, una construcción rústica y llena de encanto, en un médano 30 metros por encima del mar, con espectacular vista y, lo que es más importante después de caminar 8 kilómetros, bebidas frías.

Al dejar atrás las últimas casas veremos poco más adelante un médano un poco más alto que los demás, y por detrás de éste llega al mar la cañada que desagua la conocida localmente como Laguna de la Gringa. El recorrido por los médanos de esta cañada presenta algunos lugares donde se forman lagunetas que suelen ser visitadas por algunas aves marinas, como garzas blancas grandes (Egretta alba) y chicas (Egretta thula), ostreros (Haematopus palliatus), o gaviotas como la cocinera (Larus dominicanus) y la capucho café (Larus maculipennis). También la lechucita común (Speotyto cunicularia) puede verse con un poco de suerte en los médanos.

Poco más adelante, a 2 kilómetros de Aguas Dulces, se pasa por la playa naturista La Sirena, área liberada para la práctica del nudismo, aunque éste no es obligatorio. Es una zona de grandes médanos, y sin ninguna infraestructura. Dos carteles indican los límites del área.

Tres kilómetros más adelante se llega a los restos del Gainford, un navío que encalló aquí, en la ensenada de Castillos, en 1884. Queda muy poco del Gainford, al menos a la vista; apenas algunos hierros en la rompiente, aunque se adivina que bajo la arena aún hay restos mayores. Desde el Gainford la caminata se hace más solitaria; los restos de este emblemático barco son un poco el límite natural de quienes salen de caminata por la playa hacia el norte. A poco de avanzar, comienza a verse en la distancia una linea negra sobre la playa, muy a lo lejos; nuestro destino está a la vista.

La linea negra comienza a perfilarse lentamente en la lejanía de la interminable playa. Aquí, a unos 7 kilómetros de Aguas Dulces, encontramos el primer acceso al paraje de Los Moros, lugar con algunas cabañas y muchas dunas y bosques de pinos. Un kilómetro y poco más adelante de este acceso, llegamos al segundo acceso a Los Moros, y a los restos del Cocal, uno de los últimos cargueros en naufragar en esta región, en el año 1972. Los restos del Cocal, a diferencia de los del Gainford, son bastante grandes, y dan para meterse un poco en la historia de este lugar tan marcado por los designios del mar.

Como postre de la caminata, y para reponer un poco de energía, frente a los restos del Cocal, a unos 500 metros dunas adentro, y a 30 metros sobre el nivel del mar, el parador El Cocal, con una espectacular vista de la playa y del océano Atlántico, permite un refresco, y una buena comida, como para encarar el regreso sin el sufrimiento de las exigencias de nuestro cuerpo.

Debemos pensar que, a un ritmo tranquilo pero constante, esta caminata nos demandará unas 2 horas (y otras tantas para volver). Una buena opción, si contamos con la asistencia de un vehículo y un amigo voluntarioso, es que se nos vaya a buscar a Los Moros, o específicamente al parador, cuya entrada está en el kilómetro 273,1 de la ruta 9, poco antes del acceso a La Esmeralda. O al revés: que el amigo voluntarioso nos lleve por ruta, y hacer la caminata de regreso hasta Aguas Dulces. Desde Aguas Dulces, por carretera son unos 21 kilómetros (9 hasta el trébol de Castillos, 8 por ruta 9 y 4 de camino vecinal hasta la puerta del parador). Pero la sugerencia de esta nota es la caminata; así que lleve un poco de agua para el camino, o el mate si lo prefiere, y arranque sin apuros, sintiendo la textura de la arena en los pies, y la vista fija en el Atlántico para no perdernos la oportunidad de ver un grupo de delfines, que no es nada raro que pase. Esa es la esencia de esta costa.

Servicios recomendados

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