las primeras cincuenta

Ayer el Herald llegó a las cincuenta mil visitas. ¡Cincuenta mil! ¡Qué lo parió! ¡Casi un estadio lleno! Digo, estoy casi seguro de que Google recibe más visitas que nosotros, pero a mí cincuenta mil me siguen pareciendo un montón. Es verdad, no significa que lo hayan visto cincuenta mil personas; de hecho unas cuantas visitas son mías, que al editar entro a ver cómo quedó y luego vuelvo a entrar si me equivoqué en algo... Pero ¡cincuenta mil!
Me acuerdo cuando arrancamos el año pasado, cuando el Herald tenía tres lectores. Que, curiosamente, eran los mismos que escribían. Estábamos el Quique Techera, Gabriela (que hizo durante un tiempo una serie que se llamó Noticias del Mar, y después se fue porque "no le gustaba la parte social" del blog, tales fueron sus palabras de despedida) y yo. Estuvimos un tiempo escribiendo, leyéndonos y tratando de convencer a alguien de que entrara a un blog nuevo. "Salí, me voy al agua" decían los surfers; "Después, ahora me voy a jugar al fútbol" decían los pibes; "Inter¿qué?" decían los menos aficionados a los dígitos; "Ja, ja, 'ta bueno ese juguetito" decían los veteranos; "Andá, a ver si te dejás de joder y te conseguís un laburo de verdad" hubiera dicho mi padre.
Y un buen día, de repente, apareció el primer comentario. Un anónimo, por supuesto. ¡Hay un comentario, hay un comentario! saltábamos con el Quique, llenos de entusiasmo. Pero de repente la algarabía se transformó en desconfianza. "¡Fuiste vos!" acusé con cara de ¡a-papá-mono-con-bananas-verdes!. "¡Yo no. No te hagás el vivo!" retrucó el Quique. Pero no. Había sido de afuera nomás, y lo tomamos como la primera señal de que no estábamos "hablando a las paredes".
Pero hoy tenemos cincuenta mil visitas, y lo que más nos enorgullece es que, o nos curten a mentiras, o nos leen los surfers, los pibes, los menos aficionados a los dígitos, los veteranos... Bueno, mi viejo no nos puede leer, que dios lo tenga en la gloria, pero igual él seguiría diciendo lo mismo.
Y el tiempo fue pasando y el carro fue rodando, y se fueron acomodando los melones. Hoy el Quique está emprendiendo un nuevo camino con un blog sobre Castillos, tal vez atraído por las luces de la "gran ubre" como decía un amigo mío. En cuanto él nos dé el OK pondremos la dirección, y un link a su página. Y así nos acercamos al añito de vida. Vamos a ver si hacemos un festejo, así, entre los amigos, que las oportunidades de brindar no hay que andar desaprovechándolas.
Y hablando de brindar, saludamos con entusiasmo (y un poco de preocupación por el temor de haber despertado a un monstruo cibernético) a un nuevo blog que anda por ahí colgado, hecho nada menos que por... El Gordo. Pensar que hace un año, si le hubieran regalado una computadora la hubiera usado para trancar una puerta, o hubiera intentado meterle una antena al monitor para ver si agarraba algo. Y hoy anda con su blog propio, hecho 100% por él mismo. ¡Hasta videos sube, qué lo parió! Por si usted se anima: www.laboticadeaguasdulces.blogspot.com
Y en fin... así es la cosa, el carro sigue rodando. Siempre sigue rodando.