miércoles, 14 de noviembre de 2007

cosas de chanchos

Volvimos, les pedimos disculpas por esta involuntaria interrupción, y prometemos tomar algunas medidas para que esto no vuelva a pasar. Tenemos varias cosas para ir poniéndonos al día. Mientras tanto le dejamos un problemita de ingenio para que ejercite sus neuronas, que nunca está de más. Consta de tres preguntas; piense bien las respuestas y después nos comenta las soluciones que encontró, o no nos comenta nada, eso como usted quiera. De todos modos esperamos que le sirva para manejarse en el futuro ante eventuales situaciones análogas.

El escenario de este problema gira alrededor de un organismo del Estado, un ente público que brinda un servicio que usted contrata, como puede ser a modo de ejemplo... a ver... qué sé yo... como ANTEL, por decir algo.

Situación 1: Supongamos que usted va camino a pagar la factura correspondiente al servicio que tiene contratado a esta entidad. Con mucho sacrificio usted logró juntar el dinero; es el día del vencimiento de la cuenta pero es temprano y aún tiene mucho tiempo. Sin embargo, por esas cosas que tiene la vida, un par de cuadras antes de llegar, un chancho desbocado lo atropella en su huída con el lamentable resultado de que le rompe una pierna. Usted se desmaya, por el dolor o por la impresión de haber sido embestido por un chancho en plena vereda. Como sea, cuando despierta se encuentra con que está en el hospital, con la pierna enyesada y colgando de unas cuerditas como en las películas y el doctor diciéndole que la sacó barata pero que debe quedarse unos días en observación. Luego de recuperarse de su sorpresa usted, aterrado, cae en la cuenta de que en el momento del extraño accidente estaba yendo a pagar su factura.
Desobedeciendo las órdenes del médico y las de su propia razón usted se incorpora como puede y así como está se lanza a la calle gateando y arañando las baldosas con las manos, arrastrando su pierna recién quebrada, con la absoluta decisión de pagar la factura pendiente. Pero llega cinco minutos tarde.
Finalmente al día siguiente consigue que alguien lo lleve al lugar de pago y hace efectivo el mismo, relatando a los indiferentes funcionarios cómo el día anterior fue imprevistamente embestido por un chancho. Primera pregunta: a usted ¿le aceptan el pago como si hubiera sido en tiempo y forma, o le aplican el mismo recargo por mora que le aplican a quien, por ejemplo, se hubiera jugado la plata de la factura a los caballos y hubiera perdido?

Situación 2: Supongamos que usted, por razones de fuerza mayor, debe solicitar un pequeño cambio en un servicio contratado, por ejemplo, no sé... el cambio de línea de teléfono, por seguir con el caso imaginario del mismo ente. Se supone que es un trámite sencillo, que el organismo en cuestión realiza varias veces por día. Nada raro, bah.
Ahora, de repente usted se encuentra con la desagradable sorpresa de que, como consecuencia de la inoperancia de algunos funcionarios del ente, el servicio que usted contrató se interrumpe por... a ver, vamos a decir un disparate para que el problema sea más fácil de responder: por ocho días, así, a lo bestia.
Segunda pregunta: el ente ¿le descuenta a usted esos ocho días de la factura y le envía una nota de disculpas por las molestias ocasionadas, o le mandan la factura enterita nomás, con un implícito "levántese-y-siga-que-aquí-no-ha-pasado-
nada", y encima guay de si lo atropella un chancho cuando vaya camino a pagarla?


Situación 3: Vamos a suponer que el servicio que usted contrata a este ente es, mmm... ¿qué puede ser?... por ejemplo... ya sé: una conexión de banda ancha a internet. Buen ejemplo, ¡no sé cómo se nos ocurren estas cosas! Bueno, en esta hipótesis usted utiliza este servicio para comunicarse con sus seres queridos, para enterarse de las noticias, pero también, y lo más importante para usted, lo utiliza para trabajar. Su trabajo depende de ese servicio contratado, y la ausencia del mismo ocasionaría graves consecuencias en su presupuesto. Por ejemplo, el único lado positivo sería que a usted no lo atropellaría ningún chancho, pero sólo porque carecería del dinero para pagar la factura. Tercera pregunta: El organismo en cuestión ¿consideraría su particular situación, de la que es éste totalmente culpable, enviándole una grande de muzzarela y morrón (o al menos un plato de fideos con queso) por cada día que dure la interrupción en el servicio?

Piense bien en estas respuestas, y por favor compártalas con nosotros. Y sobre todo, no se olvide de esto si algún día tiene la mala suerte de que lo atropelle el jodido chancho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí las tres preguntas tinen una sola respuesta: la culpa no es del chancho sino del que le rasca el lomo.

Anónimo dijo...

La segunda y tercera no las sé. Pero la primera seguro que tienen un recargo extra por accidentes pelotudos!!