martes, 20 de julio de 2010

cosas de humanos y ballenas

Hace unos días charlábamos con Rodrigo García, director de la OCC (Organización para la Conservación de Cetáceos) en su paso por Aguas Dulces. Nos juntamos un ratito en la casa del Cebolla, y nos enteramos de las novedades balleneras de los medios uruguayo e internacional. Por ejemplo que Rodrigo llegó recientemente de Marruecos, luego de que asistiera como observador al 62º encuentro de la Comisión Ballenera Internacional, celebrada en la ciudad de Agadir. Uruguay tuvo esta vez una representación oficial, en la figura del embajador Gastón Lasarte, una linda novedad si consideramos que Uruguay no tuvo representación en las últimas reuniones de la entidad internacional.
Vale mencionar la fuerza que están teniendo los países latinoamericanos en las reuniones de la CBI, que vienen votando en bloque y están conformando la más fuerte oposición a los intereses de explotación ballenera por parte de países como Japón, Noruega o Dinamarca.

La reunión de Agadir dejó un saldo parcialmente positivo, ya que se logró mantener la prohibición en la caza de ballenas, a pesar del proyecto presentado para levantar la moratoria por un lapso de 10 años. Sin embargo se aprobó la caza de 27 ballenas Yubarta (Megaptera novaeangliae) en Groenlandia, con "fines de subsistencia", en una sociedad cuya economía alcanza una media de 50.000 euros anuales per cápita.
Otra para abajo: Japón volvió a conseguir su "cuota científica" de captura de ballenas Minke (Balaenoptera acutorostrata). El caso de Japón es uno de los ejemplos de cinismo más notables en la historia de la conservación. Solicitan, y consiguen gracias al apoyo pasivo de organizaciones conservacionistas estatales y privadas de todo el mundo, una cuota de caza de setecientos ejemplares al año con presuntos fines científicos. El argumento de Japón al respecto es una hipócrita teoría de "superabundancia de krill". Según Japón la matanza de unos dos millones de ballenas de diferentes especies durante el siglo XX (matanza de la cual son uno de los principales responsables) provocó un aumento desmedido en las poblaciones de krill, y éste derivó en una explosión en la población de ballenas Minke, lo que justificaría una matanza de éstas "para garantizar la recuperación de especies de ballenas más amenazadas" (????). Scott Baker, genetista de la Universidad de Oregon, analizó 52 muestras de carne de cetáceos adquiridas en los mercados de Japón, demostrando que provenían de las ballenas Minke capturadas por el país asiático con "fines científicos".
La ballena Minke es una de las ballenas más pequeñas, alcanzando apenas los 10 metros de longitud; tal característica le valió que durante muchos años la ignorara la industria ballenera, que prefería especies mayores. Si bien la población de ballenas es muy difícil de estimar, se cree que hay aproximadamente un millón de ballenas Minke en todo el mundo, mientras que la población de la ballena franca austral, la que nos visita en Aguas Dulces todos los años, se sitúa en apenas unos ocho mil ejemplares.
Mientras todo esto pasa en el mundo, en este pequeño rinconcito comienza la temporada de avistamientos; ya van tres días en que los enormes mamíferos se pueden observar paseándose perezosamente frente a las costas de nuestro balneario, y varios avistamientos más han ocurrido frente a las costas de Rocha y Maldonado. Para que los que se vienen unos días en invierno, y bajan abrigaditos a la playa, puedan tener uno de los espectáculos más hermosos y emocionantes que nos ofrece nuestra naturaleza.

Foto: Representantes de ONGs latinoamericanas en la 62ª reunión de la Comisión Ballenera Internacional, celebrada en Agadir, Marruecos. Abajo, de traje marrón, el uruguayo Rodrigo García, representante de la OCC, junto con Peter Robert Garrett (parado, al centro, pelado), ambientalista y político australiano, ex-vocalista de la mítica banda australiana de rock Midnight Oil.

Por más info visiten la excelente página de la OCC: www.ballenafranca.org

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