Hace unos días cayeron por casa el Cabeza y Hugo, quienes hace un par de veranos estuvieron al frente del bolichito Rico y Divertido. Y sabido es que cuando nos encontramos los tres al menos una vez tenemos que hacer unos camarones. De atrevido que es uno, me ofrecí de cocinero cuando hubiéramos contado con las artes del Ale, el Cabeza, quien trabajara de cocinero en restaurantes de Punta del Este, por poner solamente un ejemplo de un público más exigente que nosotros mismos.
Les dejamos aquí la receta empleada, pedida ya desde Buenos Aires por alguien que se enteró de esta camaronada antes de ser publicada en estas páginas y que me consta que le hubiera gustado mucho estar aquí. Es una variante, una simplificación digamos, de los Camarones a la Diabla, simplificación que se debe a la imposibilidad de conseguir aquí los diferentes tipos de ajíes que lleva la Diabla de verdad. Pero vale, entre otras cosas porque es de las recetas que nos gustan para el Herald: las que nacieron en este rinconcito de la costa atlántica. Los bautizamos, en un alarde de creatividad, Camarones a la Diablita.
Ingredientes (para 3 personas):
-medio kilo de pulpa de camarones
-1 morrón rojo grandecito
-1 tomate
-4 dientes de ajo
-cuarto kilo de arroz
-1 cebolla mediana
-pimienta blanca
-sal, aceite
Esta receta es bastante fácil, pero es de las que le hace ensuciar media cocina en su preparación. El motivo es que tiene que preparar 3 cosas por separado.
La primera aclaración es que es preferible que la pulpa de camarón no esté precocida. Le decimos esto porque normalmente se vende ya cocida por dos motivos: así es más fácil de pelar y más fácil de conservar. Pero siempre es mejor que esté crudo. Si usted compró camarones frescos enteros, y los tiene que pelar para hacer esta receta, no los cocine previamente: para facilitar el pelado les da un chapuzón en agua helada, así como para darles un susto nomás, y eso hará que la pulpa se desprenda con mayor facilidad.
Bueno, hecha esta aclaración cocinemos:
Primero: haga el arroz, blanco nomás. Estamos seguros de no tener necesidad de explicarle cómo se hace. Si no sabe: vaya, tome la primera clase de un curso de cocina, y vuelva.
Segundo: corte un pedacito del morrón, tipo un cuarto, y sepárelo que lo va a usar en el tercer paso. El resto del morrón lo corta para hacerla más fácil, y lo pone a hervir en una cacerolita con un poco de agua hasta que esté más o menos blando. Luego lleve ese morrón cocido al vaso de la licuadora, le agrega el tomate, dos dientes de ajo, una cucharadita de pimienta y sal a gusto, y licúe con confianza hasta que quede una salsa uniforme.
Tercero: pique finitos los dos dientes de ajo que le quedan, el pedazo de morrón reservado y la cebolla. Mándelos a una sartén con un poco de aceite y deje que se doren apenas. Luego agrega los camarones y baje el fuego. A fuego lento y revolviendo cada tanto espere a que los camarones se pongan rosaditos. Ese cambio de color, como usted bien sabe, significa que están prontos, y en este caso, que el plato está listo para armarse.
Armado: en un plato pone una base de arroz blanco; su creatividad hará que la ponga la forma de su preferencia. Por encima de esto le agrega los camarones (con su cebollita y morroncito), y más encima todavía, le vuelca abundante salsa picante (la de la licuadora).
Dicen que es una comida afrodisíaca; Hugo gritó dormido "Lili, vení Lili" en medio de la noche, seguramente en medio de un sueño con su compañera ausente. Por lo demas no hubo que lamentar otros efectos. Escuchamos sus sugerencias al respecto en forma de comentarios.
1 comentario:
Mil gracias Sr. Director!! Ya probaré de hacerla por aquí antes de emigrar y poder saborearla en Aguas...Flaka Deaknube
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