viernes, 19 de junio de 2009

las crónicas del hugo - los piratas de las costas de castillos

Buenos Aires, 25 de mayo de 1720
...Cayó muerto de un balazo en la boca, ayer, el pirata francés Etiënne Moreau, viejo conocido de estas tierras y posiblemente el mayor faenero clandestino que haya pisado la banda oriental. Murió mientras sostenía un duro combate contra las fuerzas de la guarnición bonaerense. Lo mató el ayuante Pedro José Garaycochea, en el mismo momento en que Francisco de Amestoy mataba a otro capitán francés. Los piratas fueron reducidos al entusiasta grito de "viva Felipe V", al cabo de una cruenta lucha que arrojó el saldo de 7 franceses muertos, 15 heridos y 57 prisioneros. Lográndose además un considerable botín de cueros (en unas pocas barracas había 8.000), los que debieron quemarse como es la costumbre...
Se incautó, además, gran cantidad de pólvora, armas, municiones, vestimenta, lanchas y botes.
La batalla se llevó a cabo en la Ensenada de Castillos. Se pudo comprobar que un gran número de infieles guenoas ayudaba a los franceses. La mayor parte de ellos pudieron huir, pero algunos fueron muertos por los indios de la reducción de Santo Domingo de Soriano...

La Ensenada de Castillos, donde desemboca el arroyo Valizas en el mar, coronada por las dunas más altas de nuestra costa marina y con el petreo Cerro de la Buena Vista era el "vichadero" de la costa para los primitivos habitantes de la región, que allí han dejado sus rastros: boleadoras, rompecocos, vasijas de barro y alguna representación zoomórfica, como el "ornitolito" de Valizas.
Ensenada rica en historia primitiva y famosa en acontecimientos como lo fueron los encuentros y ceremonias entre españoles y portugueses que allí, precisamente, empezaban a dividir el "nuevo mundo" entre ambas naciones de acuerdo al Tratado de Madrid o de la Permuta de 1750.
Ensenada, apostadero de barcos, muchos de los cuales están representados por restos de madera de sus cascos que aparecen en la costa; también hemos tenido en nuestras manos valiosas monedas antiguas de metales preciosos recogidas en la arena de la playa. Emociones profundas nos provocan esos materiales, ya sean de los llamados "indígenas" o de los barcos que allí recalaron, y que muchos de los cuales han quedado para siempre en el lugar.
Lo del pirata Etiënne Moreau muerto allí por los españoles, es una anécdota más de la rica historia del lugar, que en sucesivas notas iremos narrando.

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