¡y se hizo la fiesta!

Y se hizo la fiesta nomás. Y el Herald la comenta, un poco tarde, es verdad, por cuestiones de trabajo que nos han mantenido fuera del pueblo el sábado y el domingo. Pero para los que lo pedían, y como ya es costumbre en los eventos de gran importancia social, va una serie de fotos para recuerdo de los que asistieron, y como muestra para los que se lo perdieron, para que la próxima vez lo piensen dos veces antes de decidirse a faltar a la cita. Desde el mediodía hasta las seis de la mañana, estas son algunas imágenes de las distintas actividades del multicolor Día de los Trabajadores.

Ya a la hora de cortar el primer cordero; con fogón y tambores para amenizar la espera.

Tres personajes capaces de animar hasta un velorio: Joaquín, David y el Osi, con cara de mediodía de sol, y un poco de hambre en la espera a que el cordero estuviera pronto.

María y Adriana, posando para el Herald. La imagen de la amistad, antes de enfrascarse en una feroz lucha por el mejor pedazo de cordero.

Alicia y el Fede. Llegaron de vacaciones y Sonia los puso a trabajar en la preparación de la fiesta. ¡No hay derecho! Bueno, esperemos que vuelvan a pesar de todo.

Marcos, el Osi y Néstor, una mini versión de La Kachimba en el mediodía del Club. Aprovechamos para dar la noticia: este año vuelve el taller de tambores de Marcos. Ampliaremos.

Típico de un asado: el parrillero y sus allegados (entre los que este cronista se incluyó) son los que siempre disfrutan de un "aperitivo". Mientras se espera el cordero...

La llegada de Los Piratas. Se necesitaron tres viajes de la camioneta para traer a la numerosa comparsa, que a primeras horas de la noche se mandó un desfile fuera de programa a lo largo de una fría Gorlerito, que por un rato se llenó de colores y sonidos. ¡Espectacular!

Después del almuerzo "liviano", vóleibol al sol. Y después de éste, Laura se desplomó donde pudo. Libertad, solidaridad y emancipación, sí, tá, ¡pero cuando me recupere!

Los primos, Tupac y la Güi poco antes de entreverarse a bailar con Los Piratas. Y con apenas 4 años la Güi se transformó en vedette de la batucada castillense. ¡Todo un récord!

Y si la nieta puede... Abuela Zuli también se vistió con las plumas para bailar al ritmo de Los Piratas.

Pleno baile, a altas horas de la madrugada, el vecino Willians Gastelú, quien mantiene abierto su local en el pub Lancelot, ahí pegadito al club, no quiso perderse la fiesta. Y se bailó todo lo que sonó en el salón.

La espectacular presentación de Los Piratas en medio del baile, que nos sorprendió por el nivel de profesionalismo y la calidad de su interpretación (¡¡cómo suenan!!). El broche de oro para un colorido Día de los Trabajadores.