llueve

Miren qué postal de Aguas Dulces. Apuesto a que usted, que viene en verano a pasar sus vacaciones, nunca la había visto tan poco animada. Es que hace un día... precioso si uno fuera sapo. Esperemos que con esto sea suficiente para terminar con esta sequía totalmente fuera de época que viene soportando la región. Uno escucha la palabra sequía y se imagina problemas en el campo, pero las consecuencias van mucho más allá. Pongamos un simple ejemplo que tenemos cerca; la laguna de Castillos está en estos momentos tan baja que su desagüe natural, el arroyo Valizas, no ha tenido fuerza para romper la barra de arena que normalmente lo separa del mar en verano. Para ver fauna está bárbaro; ayer nos comentaba el Juca, guardaparque del área, que hay en la laguna un grupo de 22 flamencos, especie bastante rara de ver por allí. Pero para otra gente esto puede representar un serio problema. En condiciones naturales la barra de arena en la desembocadura del arroyo (allí, en Barra de Valizas) se abre por abril o mayo. Pero estamos casi en agosto y sigue cerrada. Las consecuencias económicas de esto pueden ser graves para mucha gente que vive de la pesca del camarón, ya que dependen de que la barra esté abierta en estos próximos meses para que las larvas de los crustáceos entren a la laguna llevadas por el empuje del mar. Los camarones se crían en la laguna, pasan sus primeros meses de vida alimentándose y creciendo, y se los pesca a partir de marzo. Si la barra permanece cerrada mucha gente se quedará sin una fuente de ingresos que en muchos casos es la principal en la economía de la familia. Si la seca sigue a usted le resultará caro comprar camarones el año próximo, mientras que a otros les resultará caro comprar arroz.