agro-tóxicos en nuestra agua dulce

Algunos vecinos elevaron una denuncia formal ante Obras Sanitarias del Estado (OSE) y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), debido a las fumigaciones que una empresa está realizando en sus cultivos de papas en las afueras del pueblo. La lógica preocupación de los vecinos radica en que los plantíos están muy cerca de la laguna de los García, de donde OSE toma el agua para abastecer a la zona. Este es el texto de la carta presentada:

"...Por la presente denunciamos la contaminación de la fuente de agua de OSE en esta localidad. El motivo de esta carta es la denuncia de un hecho que nos preocupa mucho. Y nos toca muy de cerca ya que somos residentes de Aguas Dulces todo el año.

OSE toma el agua de una laguna, que en la zona se le llama laguna de los García; ésta se encuentra a la entrada del balneario aproximadamente a 800 metros al Este del trébol que une ruta 16 y ruta 10. Esta laguna se caracteriza por ser una pequeña cuenca interna que se abastece principalmente del agua de escorrentía..."

"Según el Servicio de Seguridad y Salud Ocupacional de MGAP (SERVSSO) -Está prohibido realizar aplicaciones aéreas de plaguicidas a una distancia inferior a 500 metros de cualquier zona urbana o suburbana y centros poblados-. ¡Y a 320 metros de esta laguna existe una plantación de monocultivo de papa, que en la tarde del martes 11 de marzo rociaron con sustancias (no podemos especificar cuáles) desde una avioneta! ¡Además pasearon con la avioneta sobre los bordes del balneario y hubo personas que se acercaron a ver cómo fumigaban!

También durante finales de primavera utilizaron glifosato para matar las “malas hierbas”. Lamentamos no haber dado aviso de este hecho cuando sucedió pero no sabíamos la magnitud del daño que puede causar ese veneno.

Por estos motivos esperamos que las autoridades correspondientes realicen las investigaciones y tomen las medidas pertinentes cuanto antes, ya que está en sus manos la salud de toda una población"...

Gabriela Rodríguez, una de las firmantes de la carta, se entrevistó con autoridades de OSE y el MGAP, encontrándose con algunos datos sorprendentes. En primer lugar, la oficina de OSE de Castillos no tenía idea de que se estuvieran realizando las fumigaciones; tomaron nota de la denuncia para elevarla a sus superiores y se comprometieron a averiguar sobre el tema. Lo mismo ocurrió en las oficinas de OSE en Montevideo, donde manifestaron que se averiguaría con la empresa responsable de los cultivos sobre los químicos y procedimientos aplicados.

Gabriela también fue recibida por autoridades de la oficina de Servicios Agrícolas del MGAP, donde se le informó que la ley explicita que no se puede fumigar a menos de quinientos metros de un centro poblado, pero la distancia permitida para los cuerpos de agua es de apenas 50 metros. Sin embargo no se especifica cuál es el criterio a tomar cuando el cuerpo de agua en cuestión es una toma de agua para consumo humano.

Ayer charlamos con Gabriela sobre el tema, y se manifestó preocupada y muy dispuesta a seguir con las denuncias mientras haya tiempo de prevenir. "Acá se empieza a prestar atención a las denuncias cuando el daño ya está hecho. Pero ¿por qué esperar a que eso pase? Los cultivos de papa en esta zona son nuevos, este es el segundo año, y el curso de agua todavía está limpio, pero precisamente por eso me parece que debemos alertar ahora" nos decía.

No se sabe aún qué fue lo que se roció sobre la plantación el 11 de marzo (lo grave no es que no lo sepamos nosotros, ¡sino que no lo sepa OSE!). Sin embargo se sabe que en el cultivo de papas se emplean varios agro-tóxicos. Meses atrás esta plantación fue fumigada con glifosato, un herbicida no selectivo que es empleado para eliminar malezas que crecen espontáneamente entre el cultivo. Hasta hace un tiempo el glifosato era considerado el herbicida perfecto, ya que penetra en la planta por la hoja, y en teoría se desactiva en contacto con el suelo. Pero los responsables de la empresa norteamericana asignada para testear el glifosato antes de su salida al mercado fueron procesados por la adultaración sistemática de datos con referencia a este producto, manipulando resultados y ocultando una gran mortandad entre los ratones empleados para las pruebas. Hoy en día está comprobado que el glifosato puede ocasionar inflamación gástrica crónica, daños genéticos en células sanguíneas, trastornos reproductivos y cáncer, entre otros trastornos menores.

Sumémosle ahora que el glifosato debe combinarse con otros productos destinados a favorecer su absorción por parte de la planta, y que en muchos casos (como la soja, en Argentina) el cultivo debe ser alterado genéticamente para evitar que el herbicida mate al propio cultivo... ¿se entiende por qué los vecinos de Aguas no quieren tomar agua, cocinar, o ni siquiera lavar su ropa con un cóctel como ese?