
Todo parecía ir bien, la gente festejaba la novedad como si de un chiste se tratara, pero el agudo oído del Gordo enseguida captó la picardía y salió de la cocina gritando: "¡No, no, no... cumbia acá no!", amenazando con arrancar los cables del amplificador. Algunos se sumaron a la airada protesta, más en tono festivo que otra cosa, y otros, hay que decir la verdad, le protestaron al Gordo por su escaso espíritu democrático. Yo me saco el sombrero; esa defensa de los ideales anda escaseando bastante hoy en día.
El muchacho, exceptuando su falta de criterio para elegir las canciones para tocar en ese boliche en particular, era muy bueno. Y por suerte también perceptivo. Viendo que la cosa se podía salir de curso optó por un hábil giro en su repertorio, apoyándose en los clásicos del rock argentino, esos que sabemos todos. Ahí el Gordo sonrió satisfecho, se dio media vuelta y volvió a meterse en la cocina.
2 comentarios:
VAMO'ARRIBA GORDO!!! Éso es ser militante del P.E.C.A.DU. Desde la distancia me siento orgulloso de pertenecer al movimiento. Vocé nao está fodido... Cuente con nuestro apoyo incondicional. Abrazo a la barra.
Bien ahi gordo!!!!
Un genio!!! defendiendo el patrimonio cultural del lugar..
Felicitaciones.
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