Una inusual cantidad de rescates se realizaron ayer en aguas costeras del pueblo. Según nuestras observaciones desde el propio lugar de los hechos fueron no menos de treinta las situaciones en que los rescatistas debieron sacar personas del agua. Por suerte no hubo que lamentar lesiones ni mucho menos (¡válgame dios!) víctimas fatales. Por el contrario; nos vimos gratamente sorprendidos al comprobar que, tanto rescatistas como rescatados, salían del agua comentando animadamente las circunstancias vividas. Se trataba de la nueva generación de chicos de la Escuela de Guardavidas, que durante este fin de semana estuvieron, y estarán, recorriendo varias playas rochenses realizando entrenamiento en el mar.
Lindo día y lugar eligieron los instructores para mandar a los pibes al agua. Con el viento el océano estaba muy revuelto; era como si tuvieran que rescatar a alguien de adentro de un lavarropas gigante. Pero mejor así, ya que cuando estén ejerciendo de verdad no tendrán la opción de elegir las condiciones.
Así que si en estos días usted va caminando por la playa y de repente se encuentra con cinco personas intentando rescatar a otras cinco que están flotando y pidiendo auxilio con la mano es importante que no se meta a ayudar, porque lo único que logrará es que los diez terminen rescatándolo a usted.
domingo, 18 de noviembre de 2007
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