Hoy es el cumpleaños de Néstor y como festejo se organizó una comilona al mediodía, con chef Artur y chef Sunday como maestros de ceremonia. Mediodía es un decir, porque terminamos comiendo hace un ratito, a las cinco y media de la tarde, lo que motivó que el día de hoy el Herald saliera en edición vespertina. La culpa de la demora fue de cuatro ballenas que estaban justo frente a donde estábamos reunidos, el palacio de madera del Pai Marcos. Obviamente el trío de los surfers inquietos, Chelo, Néstor y Martín, no se querían quedar con las ganas de tocarlas, y hacia allí se largaron, pataleando acostados sobre sus tablas.
Tocarlas no las tocaron. No fue como el año pasado, justo en esta misma fecha, cuando Néstor y Martín quedaron literalmente sentados sobre una ballena franca que se le ocurrió emerger en el lugar donde ellos estaban flotando. Que por suerte se sumergió con toda la delicadeza de la que una ballena es capaz. Y digo que no llegaron a tocarlas porque esta vez la iniciativa fue de la ballena, que al verlos se acercó a curiosear. Esto fue suficiente para nuestros intrépidos amigos que consideraron muy oportunamente que el tamaño de estos bichos hace que hasta su gesto más amistoso pueda ser peligroso.
En la foto vemos un momento de la celebración, el cumpleañero en primer plano, y más atrás al anfitrión en su veraniego estilo "Pancho Villa", estrenando cara sin barba.
jueves, 18 de octubre de 2007
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1 comentario:
tá muy bueno el blog,me gustaría ver al chato o alguno de esos que veo en verano siempre...muy divertido el resto
sigan asi!!
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