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Un hecho inusual y que vale la pena comentar ocurrió durante el partido de fútbol que disputaran los seleccionados de Cabo Polonio y Barra de Valizas, segundo encuentro de este campeonato. En determinado momento, aprovechando una ida afuera del balón, el técnico de Cabo Polonio hizo el característico gesto de molinete con las manos, pidiendo cambio... ¡de juez!
El hecho es que los organizadores habían pedido a los representantes de Aguas Dulces que asignaran a un juez para este partido, responsabilidad que recayó en Sabastián "Monoco" Amorín. Pero ya sabemos que el Monoco no es muy amigo de complicarse la vida, al menos en un juego de fútbol, y todo lo que hacía era decir "¡siga, siga!" ante cualquier situación que requiriera su intervención.
Los jugadores de ambos equipos no tardaron en percatarse de la pasividad del árbitro, y pronto comenzaron a probar jugadas ilícitas cada vez más osadas. Finalmente alguien acomodó la pelota provocativamente con la mano, y fue el detonante. Se pidió el cambio, con el que los dos equipos estuvieron de acuerdo ya que el escaso compromiso del árbitro los estaba perjudicando por igual.
El Monoco no es tonto, y vio que esta era la única oportunidad que tenía de huir del campo de juego sin ser lastimado. Su salida fue ovacionada, pero finalmente el remedio fue peor que la enfermedad, ya que Aguas Dulces mandó como juez suplente a Julio Alaniz, el Terrible. Y si el estilo del Monoco era no cobrar nada, el de Julio era el opuesto: cobraba absolutamente todo. Entró y cobró un penal, así nomás, como para ver si funcionaba el pito, y esto determinó un cambio total en el trámite del encuentro, ya que Valizas ganaba 1 a 0, y a partir de este gol comenzó la imparable reacción del equipo local.
Este cronista quiere dejar su impresión: dudo mucho que se nos invite a hacer de jueces nuevamente en un partido de fútbol, al menos en los próximos quince o veinte años.
En la foto vemos al equipo triunfador del campeonato posando para la prensa: parados de izquierda a derecha Matías, el Chelo, el Corcho, Marcos, Julio y Domingo; agachados Nico, David, Martín y el Monoco.