Sin duda nuestro balneario, o la zona, no sólo tiene preferencia en la actualidad, sino que ha sido visitado durante largo tiempo.
Hace ya unas cuantas décadas con el amigo Luciano de los Santos, alias "el Capincho", solíamos recorrer las zonas aledañas al balneario; en aquel tiempo no había montes de acacias ni de pinos, y la arena se movía libremente formando grandes dunas, particularmente entre Aguas Dulces y Valizas. Nuestras recorridas eran entre aquellos médanos en las hondonadas y pequeñas lagunas que se formaban entre ellos. Y nuestra intención no era sólo disfrutar de las caminatas sino también recoger distintos elementos que sabíamos habían pertenecido a nuestros primitivos pobladores, los llamados indígenas. Fueron boleadoras, raspadores, rompecocos, restos de ollas de barro, puntas de flechas, etc. También tuvimos la oportunidad, en cierta ocasión, de recoger piezas óseas humanas (restos de maxilares, con molares desgastados en su cara triturante, típico de los indígenas). Pero todo ese material, disperso y sin un estudio sistemático adecuado, sólo nos permitía suponer cosas y divagar sobre un tiempo indefinido, un pasado de mil años, de dos mi o más, no lo sabíamos.
Pero volviendo a nuestro balneario, un hecho ocurrido este año nos permite decir con certeza un determinado tiempo desde que, este lugar, ha sido poblado.
En el mes de marzo del corriente año (2009), el amigo Gerardo Ramos Almada realizó un hallazgo en la orilla del mar, frente a la desembocadura de la cañada que corre paralela a la Avenida del Mar. Y el amigo Ramos, con muy buen criterio, y dadas las características de la pieza (en proceso de fosilización), se la remitió al antropólogo López Más. Se trata de un fémur humano, el que, al ser datado con el procedimiento del carbono 14, pudo constatársele una antigüedad de tres mil quinientos años. Es decir, que la persona a la que perteneció vivió o estuvo aquí, en nuestro balneario, hace más de tres milenios y medio. Vean ustedes cuán lejos se remonta la historia de la presencia humana en este, nuestro pequeño paraíso llamado Aguas Dulces.
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2 comentarios:
que linda la historia del Sr Hugo , desde ya , que me hice adicta a ellas, un saludo para el y mucha vida y memoria !!! salu
Estimado amigo, es un gusto y con gran alegría leo sus crónicas, las que espero siga publicando, a pesar de sus múltiples activideades, principalmente las realizadas en la Ciudad de Melo. saludos de su amigo Josë Ramos
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