miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿quién dijo que todo está perdido?

El fuego podrá con el rancho, pero no con la voluntad de la gente. Ayer, durante todo el día, se hicieron presentes decenas de vecinos y algunos visitantes, gente que tiene aquí su casa de veraneo, para comenzar las tareas de limpieza del lugar y de reconstrucción de los tres ranchos afectados por el incendio del lunes, uno de ellos apenas parcialmente gracias a la intervención de una gran cantidad de vecinos que lograron parar el fuego. Se salvó así la casa de la Tía Mónica y Roberto.
Mencionemos también, en esta fantástica demostración de humanidad, algunas donaciones y ofrecimientos que comenzaron a llegar: William Gastelú y Correíta, este último de la barraca de Aguas Dulces, donaron materiales de construcción; Laura Sosa, Martín Rodríguez y Néstor Sosa donaron los primeros atados de paja de los muchos que se van a necesitar; en este punto destaquemos el ofrecimiento de Édison Díaz, el Burrico, que ofreció paja de su establecimiento cuando no permite que nadie corte de allí; igualmente Hugo Lujambio ofreció las cañas de un terreno de su propiedad para el envarillado de los quinchos; Damián Machado y el Chanchín aportando las instalaciones eléctricas, Daniel García del complejo Arinos donó gran cantidad de material de electricidad; Eduardo Quintana y Roberto Méndez Blanco donaron palos de madera curada; el Ministerio de Ganadería donó los palos necesarios para la reconstrucción de los dos ranchos destruídos; el Juca Gambarotta ofreció pagar los gastos de flete de los palos del Ministerio; El Pollo, propietario de la accidentada Posada del Mar, también consumida por un incendio hace tres años, ofreció su camión para los fletes que sean necesarios; las maestras de la escuala de la que Tía Mónica es directora, en Paso Carrasco, ofrecieron diversos artículos para el hogar; Antonio Corbo que apareció en el momento del incendio con sus tanques de agua, y que en buena parte se debe a él que el rancho de Tía Mónica esté hoy en pié; los bomberos y policías que actuaron con rapidez y total entrega... y algunos que nos estaremos olvidando, pero que en definitiva saben que son parte de esta lista.
Y un punto extra para los vecinos, que ayer lograron en apenas cuatro horas la limpieza del lugar, y que se acercaron por docenas a colaborar. A los que siempre están, a los que pasaban y se quedaron, a gente que estaba de visita por el fin de semana y terminó agotada de palear y empujar carretillas por voluntad propia...
Eso es lo que queremos destacar, el espíritu de solidaridad puesto en marcha ante las circunstancias adversas. Lo dicho al principio: el fuego podrá quemar un rancho, pero ante esta voluntad más le valdría ir buscándose otra estrategia.

Martín Rodríguez escondiendo cara y secreteando vaya uno a saber qué con el Cacho Cola, mientras el Balta mira divertido, en un descanso de las tareas de limpieza.

Abajo de la costra negra está Marcos Saldain, que le tocó "bailar" no sé si con la más fea pero al menos con la que más destiñe: el desarme de los palos carbonizados de los dos ranchos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno, cuanta alegría me da ese gesto de tanta gente, seguro cuando terminen habrá que festejarlo con un buen asado...

Anónimo dijo...

noooo otro asado noooo terminara quemandose todo si vamos de asaos en asaos

Anónimo dijo...

Que lindo eso, a ver si entiendo, en dos días se presentó el avanze ese que se ve entre esta nota y la de los materiales?.
Avisenle a marcos que inclusive debajo del carbón se advierte que al afeitarse le quedó cara de pelotudo