domingo, 18 de mayo de 2008

palabras más, palabras menos

Domingo. Domingo y encima feriado. El pueblo está muy tranquilo. Demasiado tranquilo. Soleado y con bastante calor. Sigue sin llover y la sequía está a punto de transformarse en histórica. En histérica. Y mientras, acá está todo sin mayores novedades.
En momentos como éstos en que uno tiene ganas de escribir pero los hechos públicos no se hacen cargo de pequeñas voluntades como esa, es que a uno se le pasa por la cabeza inventar algo. Después de todo ¿por qué no? Este blog nunca dijo que se iba a ajustar siempre a la realidad evidente, la demostrable. La de los Refutadores de Leyendas, como diría Dolina. ¿No sería interesante poder contarles, qué sé yo, sobre una invasión de elefantes por Cachimba y Faroles, por ejemplo? O: "Recrudece la guerra entre Valizas y Cabo Polonio. Un regimiento de tanques polonienses se apostó en los alrededores del Cerro de la Buena Vista..." Para la mayor parte del mundo sonaría un poco ridículo, es verdad. Y eso lo haría divertido. Pero también estoy convencido de que aquí más de uno lo repetiría como cierto, se prepararía el termo y el mate y arrancaría para la Barra a ver las escaramuzas.
Hablar es el deporte preferido en un pueblo donde raramente pasa algo "importante", y si el tema se agota por las vías normales, bien que se le suele sacar jugo por otros lados. A mí me pasó una vez lo siguiente, y se los cuento porque viene a cuento: una tarde de este verano estaba tranquilamente sentado en la entrada del club, cuando aparece Daniel, del complejo Arinos. "¡Justo, con vos" me dice, "recibí un mail en inglés, ¿te animás a traducírmelo?". Claro, cómo no. Mi inglés no es una cosa de andar sacando pecho, pero supuse que para algún pedido de información sobre alojamientos me daba bien. Y me dio, sin problemas; el gringo preguntaba las tarifas, y esas cosas, y se lo respondimos, también en inglés. Entonces Daniel me dice. "Pah, gracias, me llegó y yo no entiendo nada. Pero enseguida pensé en vos, como anduviste por allá..." Campana de alerta: ¿por "allá"? ¿A qué se refería? Le pregunté. "En Australia" me dijo como si fuera obvio, y viendo mi cara de sorpresa: "¿Vos no estuviste viviendo en Australia?".
¿Australia? Yo lo más cerca que estuve de Australia fue alguna vez que fui a Buenos Aires. Ahí estuve unos quinientos kilómetros más cerca de lo que estoy ahora. Y eso es todo. ¡Cualquier cordobés está más cerca de Australia de lo que yo estuve en mi vida!
"¡Pero es de no creer cómo es la gente acá! ¡Si te dicen El Australiano, y todo" exclamó Daniel, tan sorprendido como yo mismo.
En fin... que quiere que le diga, yo llevo un poco de los Refutadores de Dolina en el alma. No llego a ese racionalismo caricaturizado que él describe, pero sí prefiero una pequeña verdad en blanco y negro antes que la más grande fantasía a todo color. Así que, mientras tanto, aquí seguimos, nomás; esperando la lluvia con los brazos abiertos.
foto: Diego Rodríguez

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribes lindo lindo, una fantasía con letras y acentos. Felicidades.

Unknown dijo...

saludos para todos en Aguas Dulces anque no los conozca...

Juan dijo...

Aguas Dulces: tierra de mitos y leyendas si las hay.

Ja ja, morí con la invasión de elefantes por la Gorlerito.

Me ha tocado vivir un par de inviernos en Aguas, hace mucho, y (con lógicas excepciones coyunturales) te diría que nada ha cambiado y no creo que te sorprenda.En un invierno en Aguas la fantasía tiene más tiempo de desasrrollarse y cobrar vida propia hasta límites insospechables, lo cual no tiene por qué ser,necesariamente ,una desventaja...yo diría que tiene su encanto...

Y desde un punto lejano y una realidad radicalmente diferente, donde suceden cosas todo el tiempo( cosas como el hallazgo de bombas de la 2a. Guerra Mundial enterradas en los jardines, mientras sus propietarios están haciendo alguna reforma-ocasionando un verdadero revuelo en el barrio, con policía, bomberos, corte de tránsito, etc)la impronta de aquellos años vividos en soledad ,casi perdido entre aquellos ranchos, escuchando al mar y algún perro que ladre, quedó marcada a fuego y no cesa de "pincharme" con las ganas de volver....

Cosa que voy a hacer, aun a riesgo de que me tilden de "loco", "boludo", "australiano" y vaya uno a saber cuántas cosas más.Eso sí, como ninguno de los extremos es suficiente, tendré que seguir yendo y viniendo tantas veces pueda, como lo hacen las olas del mar.

Ah, y no te preocupes que a mí acá me dicen indistintamente uruguayo, chileno, peruano, ecuatoriano, argentino, boliviano, brasileño, paraguayo...etc y lo más cerca que he estado de todos esos países fue en el Chuy.

Un abrazo y felicitaciones por la forma que ha tomado este periódico, mucho más que un medio de comunicación, esto es literatura y está haciendo historia .

Anónimo dijo...

elefantes marinos? por las dudas, para saber para donde mirar lo del diario es lo tuyo.espero que sigan los dias que no pasa nada para que te sigas inspirando.Buenisimo¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Impresionante!!! Seguro que esto fué concebido entre las 15 o 16 (y no me refiero a la hora) y la "hepatocrisis"...
Vos me entendés...