Ayer, en un exitoso operativo comando, la policía logró desmantelar una gavilla de niños que se dedicaban a arrojar bombas de agua a los autos. Lamentablemente siempre pasa por estas fechas; los niños, enardecidos por el clima carnavalero, se ven implicados en hechos delictivos como esta repudiable "guerrilla de agua", en la cual los participantes se dedican a mojar a todo el que pasa utilizando bombas de latex y peligrosas armas de asalto conocidas como "pomos". El vandálico proceder de los jóvenes fue detenido con la llegada de una camioneta de la policía local, de la cual bajó un agente uniformado que enfrentó valientemente a los jóvenes delincuentes. Daba rabia ver cómo los niños lo miraban con una cínica expresión de "yo no fui".
Estamos seguros de que el proceder policial fue propiciado por algún noble vecino que debe haber alertado a las autoridades mediante la modalidad conocida como denuncia anónima. Para este vecino preocupado, y para la policía que respondiera tan eficientemente al llamado, va nuestro homenaje en el Herald: ¡Vamos, ché, déjense de jodeeer!
domingo, 3 de febrero de 2008
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