La escuelita de tambores terminó por esta temporada, pero algunos no dejan de practicar para no perder el touch. Usted notará que los percusionistas empiezan cada vez más jóvenes. Es que el Vladi Lujambio no es uno más de la escuelita; éste estuvo destinado a tocar desde que abrió los ojos, y a pararse en una tabla de surf antes de dejar el chupete. Eso sí, se está buscando un tambor más acorde a sus manos, que por ahora están lejos de tener el tamaño de las de su padre.
viernes, 15 de febrero de 2008
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1 comentario:
Pobre chiquilin!!
Cuanta presion!!!!
Ya se supone que va a ser tamborilero y surfista........y si sale guitarrista y barrenador?
jajaj que cosa!
Aguas te extraño!!!
Pero ya volvere! dicen que yerba mala nunca muere...je!
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