"... Allí estaba todavía la segunda semana del junio siguiente, cuando la lluvia empezó a apaciguarse y las nubes se fueron alzando, y se vio que de un momento a otro iba a escampar. Así fue. Un viernes a las dos de la tarde se alumbró el mundo con un sol bobo, bermejo y áspero como polvo de ladrillo, y casi tan fresco como el agua, y no volvió a llover en diez años. " Gabriel García Márquez, "Cien años de soledad".
Bueno, no sé si diez años, pero con unas cuantas semanas nos conformaríamos.
domingo, 7 de octubre de 2007
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