Varios visitantes, que habían alquilado casas en primera línea optaron por dejar la vivienda fuertemente impresionados por la violencia del fenómeno.
Varias construcciones quedaron en situación vulnerable, ya que sus defensas desaparecieron en cuestión de horas; a otras el mar les acercó peligrosamente el borde del médano sobre el que están construídas.
Aguas Dulces está expuesto a estos fenómenos desde sus inicios, aunque los primeros lugareños habían aprendido bien la lección y las casas se construían atntiguamente sobre pilotes, para que la energía del océano pasara por debajo.
Muchas fueron las casas caídas a lo largo de la historia de Aguas Dulces, incluso algunos de los originales palafitos que no lograron soportar algún golpe excepcionalmente fuerte. Pero hacía bastante que el mar se comportaba bastante bien con la gente; en los últimos años sólo había derribado el alero de una casa, que fue finalmente reconstruída. Hasta la primavera pasada en que derribó dos, y ahora una más. La naturalza dispone. Hace un tiempo le escuchamos decir a Marcos: "a mí el único que me va a sacar de acá es ese" indicando el mar con un gesto. Y así fue, y así será; el mar es siempre el que decide.
1 comentario:
eso omo queda hawaii en un par de horas
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